Lo mire de lejos, me acerqué con precaución. Realmente era un gigantón.
Me miró de reojo, poco me cotizó. Me olió, no era de su tamaño, ni me infló.
Yo pequeñita, negrita, creo que se confundió y como una pulga me identificó.
Era un gran San Bernardo, amarrado el, amarrado yo, si no un gran lenguetazo le hubiera dado yo.
4 comentarios:
bien simpatico el San Bernardo.
que tamaño!!! que guapos que son!!!! Pero nada de engañar a Juanchi!! eh? ojito que vigilo! jeje
Patita princesa
Paula
Que foto más tierna.... os tendrian que haber dejado un ratito solos
Peazo perro colega, pero parece simpatico, tu prima es monisima, hace meses que no puedo entrar en tu blog, la jefa esta jartica dice que va a cambiar el ordenata por una licuadora que es mas util pal verano, en fin a ver si ahora me deja, lametones preciosa
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