¡Necesito terapia!

Acá estoy en la ventana del edificio de la ex-aduana (1830) para un día de paseo por el muelle de Iquique. Claro que después me porte mal, mordi a una niñita.

Bueno, les cuento no es la primera vez, sino la tercera que hago esto y no se porque y mis papis no estan presente asi que siempre sacan conclusiones. De la ariqueña era evidente, ella me jorobaba a cada rato y luego trato de agarrarme la cola, cosa que no se lo permito a nadie, solo a mis papis (ni a la veterinaria, que tambien la he mordido por lo mismo.) Despues a la alemancita, que sólo entendia español, costo que nos hicieramos amigas, luego ella me daba pan y en una de esa ( ya que soy hambriada) que la ví echandose un pedacito a su boca, salté a quitarselo y le mordi su labiecito, ella ni lloró, pero yo quede muy triste. Menos mal que no fue nada muy profundo. Y por último hoy a mi prima de Antofagasta, la Camila -que me conoce de guaguita-, pero yo no la veía hace mucho tiempo fue la victima. Me dejan en el auto y yo la miro y ella trata de sacarme del auto (eso creen los papis) y le doy dos mordiscos. Me acusaron, le quedó el bracito hinchado y yo despues no quería ni mirarlos, me sentía pesimo.

Dicen por ahí que una se acostumbra a su medio y el mío es de varones y adultos y con ellos juego a morderlos y me muerden y jugamos brusco. Creo que no tengo tino para los niños. ¡Es que son tan fragiles!. ¿Qué hacer?. "En casa de psicólogo cuchillo de palo", me han dicho y se han reído a mandibula batiente.