Es que me siento tan feliz ahí, acostada al medio de los dos cojines. Me han dicho una y mil veces que no lo haga pero, igual no mas lo hago cuando salen. En estas fotos esta la evidencia, claro que falta cuando empiezo a escarbar en los tapetes, los hago turumba y luego en todo eso desordenado me acuesto, medio tapada con un cojín y un tapete y me relajo, tranquilita a dormir con mis orejitas bien desplegadas como alas de avión. ¡Qué felicidad mas grande!. Vida de perros dicen por ahí, las malas lenguas... ¡Guau!, ¡guau!, ¡guau!.
2 comentarios:
ay! Ofelia, vendrá en la raza esto, a mi también me encanta tumbarme en el sofa y acurrucarme y pegarme una buena siesta jeje
no hay nada como estar echada en el sofa y si entra sol muchsimo mejor.
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